Cuentos de Peregrino

Un lugar de encuentro con los sueños y las fantasías...

jueves, 30 de junio de 2011


El Rol

Lucia agobiado, algo lo atormentaba en el desarrollo de esta etapa, no sabía exactamente que. Su amigo el “rati” le había conseguido el arma que precisaba para cumplir con el guión trazado. La sensación de inseguridad que se percibía en su medio fue suficiente para lograr una justificación que resultara creíble. Luego, lo único que tuvo que hacer fue negociar por separado la compra de un silenciador en el mercado negro…

Tomó quince días de vacaciones que tenía pendientes de, ya no recordaba que años, comenzó a dejarse crecer la barba, compró tintura para el cabello, un par de lentes y un mameluco de trabajo. Se encargó de ensuciarlo lo suficiente como para que luciera usado. Ahora solo restaba que llegara el día.

Por suerte el tiempo transcurría con la velocidad de las telenovelas. Estaba frente a la puerta del edificio dispuesto a continuar interpretando su rol: Examanteheridoconvertidoenvengadordoranónimo.

Caja de herramientas en la mano, probó departamento por departamento hasta que una tía distraída y ansiosa le franqueó el acceso a un falso sobrino. Subió al vigésimo quinto piso, salió del ascensor y se sentó frente a él a la espera de cumplir su venganza; tal como estaba prescripto.

Abrió la caja de herramientas, quitó la parte superior y tomó la pistola oculta en la parte de abajo. Revisó la carga, se aseguró que estuviera lista y repasó mentalmente la imagen de su ex teniendo sexo en el ascensor, mientras el la esperaba pacientemente, igual que ahora; pero con una pequeña diferencia: con un ramo de rosas en sus manos y pasión, mucha pasión en su ser…

Se acercaba la hora. Luego de haber sido habitúe del lugar por años sabía que en ese piso no habría movimientos, ni gente; Santiago conocía todos los horarios a la perfección. Las cámaras de seguridad tomarían la imagen de alguien que solo había existido para el acto, percibía que lo tenía todo calculado…

El sonido del ascensor le anunciaba la aproximación del desenlace. Había comenzado a sentir que su corazón aceleraba los pasos, al mismo tiempo un sudor frío comenzaba a cubrir su piel. Secó sus manos y aferró fuertemente el arma. La campanilla lo sacudió. Se abrieron las puertas, allí estaba. Evitó mirarla a los ojos, el sonido de los disparos, aun apagados por el silenciador, y la sangre que comenzaba a brotar de ese corazón que pretendía destruir, lo shoquearon. Comenzó a tirar desde su posición de sentado y continuó haciéndolo hasta vaciar el cargador mientras se paraba desplazando su espalda por la pared.

Nanny, como el solía llamarla cariñosamente, yacía en el piso boca abajo. Un charco de sangre escarlata comenzaba a fluir y a expandirse rápidamente. Dio un paso atrás, no quería que esa sangre lo contaminara y lo incriminara.

Estaba tan involucrado y compenetrado con su papel que cuando su compañera comenzó a incorporarse el intentó continuar disparando sin reparar en que, aún teniendo más municiones, ninguna bala de salva lograría dañarla…

Peregrino

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