¿Será
porque no sabía escribir? ¿O porque era necesario que supiera la verdad para
no enterarme por “otros”, ahora que estaba por comenzar la escuela primaria;
tal como me lo plantearon al revelármelo…? No lo sé, pero ahora, mucho, mucho
tiempo después me doy cuenta que nunca les escribí.
Y, me pregunto: ¿qué me impide hacerlo? Es más, si ahora tengo una “nube”
que puede hacer navegar el texto lo
suficiente como para dar con ellos.
Sí,
también lo sé: ¿porqué no pedírselo al “gordo” que viene antes? Será porque me
resulta extraño, más cercano a otras culturas, me quedo con la costumbre que
tenía más vigencia en mi niñez.
¿Y,
qué les pediría…? Que me dejen seguir soñando: Con más reuniones familiares,
con salud, con hijos y nietos creciendo… ¿qué más puedo pedir…?
¿Y
ustedes…? ¿Qué pedirían…? Porque, quizá, si pedimos, si los convocamos… Quizá
los rescatemos y vuelvan a estar entre nosotros…
¿Se
atreverían a pedir…? ¿O piensan que su condición de adultos se los impedirá…?
Peregrino