Se asoma
cuidadosamente a Diana, teme verla, ella siempre aterroriza. No aparece en la
ventana habitual, pero está en otra, próxima. Luce sangrante, como siempre.
Hace tiempo
que no ve a Susana, tampoco está en su ventana habitual; por suerte, cada
tanto, llama a su puerta y ella responde.
Espera volver a verla donde acostumbra, allí donde luce sus mejores
cualidades.
Humberto se
muestra más a menudo y brevemente, pero con apariciones agudas e ingeniosas.
A Leonardo
se lo ve escribir, y lo hace profusamente, seguramente estará a punto de editar
alguna novela.
Extraña
a Patricia. De todas maneras
vuelve, pretende que, algún día la
volverá a encontrar…
Cada tanto
descubre alguna nueva persiana, procura encontrar algo similar a lo hallado en
las anteriores. Ceba su último mate y suspira. Pronto volverá a poner la pava
otra vez…
Peregrino