Cuentos de Peregrino

Un lugar de encuentro con los sueños y las fantasías...

domingo, 20 de diciembre de 2015

Ela Papá (o el silencio de los sonidos…)




-Paaaaaappppaa Noeeeeelllll…..
-Ellllaaaa Papáááá…
-Paaaaaappppaa Noeeeeelllll…..
-Ellllaaaa Papáááá…

Lo repetía hasta el cansancio intentando lograr la expresión correcta mientras mantenía bien oculto en su conciencia el deseo de que no la modificara jamás…
A partir de allí, en cada navidad, fue infaltable el recuerdo de aquel juego de palabras.
Habían pasado muchos años y ahora él acudía en respuesta a su convocatoria.  Lo había citado después de haber decidido que sería su último contacto. Partió muy temprano.
El vehículo se deslizaba plácidamente por el camino, en tanto, recordaba como solía acariciar el contorno de su pequeño cuerpo disfrutando de esa piel tan sedosa. La recordaba dormida y volvía a recorrerla para memorizar su imagen: Cabello castaño claro con algún rizo despuntando por su frente.  Cejas de tamaño inocente decorando de asombro dos ojos castaños.  Diminuta nariz, rebautizada “Poroto” en honor de su tamaño.  Labios dibujados a pincel y un hoyuelo que afloraba en sus comisuras para anunciar una sonrisa…..! Todo un padre enamorado……..! Hizo un alto después de recorrer setecientos kilómetros, ya no estaba en edad de hacer grandes esfuerzos.  Intentó dormir, pero fue inútil, sabía que no sería la última vez que la vería pero tampoco dudaba  que la relación sería muy distinta a partir de allí…
Los recuerdos y las imágenes explotaban en su mente a la velocidad de las líneas discontinuas de la ruta, miró el velocímetro: ciento cincuenta kilómetros por hora; levantó el pie del pedal. 
Recordó el primer día de clases ¡Verla con su delantal fue todo un shock….! Se negaba a reconocer que pudieran haber transcurrido cinco años.  El honor de ir a la bandera, ¡porque tendría que haber sido tan inteligente…!!! Caminaba con el estandarte, que por supuesto era más grande que ella, todo el colegio en silencio y de pronto, desde el fondo el grito de “Bravo Poroto……!  Ese mensaje que solo ella podría interpretar…
Se preguntaba: ¿Porqué ese don y esa percepción de estar integrada a un universo que la convocaba a hacer algo por la humanidad….!!!? Todos sus ¿por qué? Encontraban una única respuesta: Era especialmente especial… Jamás entendería ni asumiría su decisión, por ello iba a escucharla y no se resignaba a que sería por última vez.
Había ingresado a la provincia de San Luis, faltaban pocos kilómetros…
Llegó, le franquearon la entrada.  Todo era frío, místico, profundamente silencioso… Le indicaron una silla de viejo roble pesado.  Quedó solo a la espera de su bella hija.
Allí en el Monasterio de Belén San Bruno de La Orden, ella había decidido comenzar su compromiso despidiéndose en una última charla con su padre…
Serían sus últimas palabras, a partir de allí consagraría su silencio a pedir por la paz mundial…
No hablaron mucho pero se lo dijeron todo.  El se despidió deslizando un “Papá Noel”; ella comprendió inmediatamente y respondió con el esperado “Ela Papá…”


                                                                 
                                                                             Peregrino
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