Los frutos de los árboles
de Tesoro eran muy particulares: daban diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros
azules, entre otros. Producían todo el
año y, periódicamente, los habitantes de este principado los canjeaban con los de pueblos vecinos por
todos los objetos que precisaban. Por
ello, no necesitaban trabajar; solo se dedicaban a regar y abonar sus
plantas. También había generado que
tuvieran todo el tiempo para el ocio, que se aburrieran y que la pereza pronto
viniera acompañada de la tristeza…
Hacia muy poco que Gema conducía
los destinos de Tesoro, aún así; y siendo tan joven, sentía que debía cambiar
esta situación. Estaba convencida que la
comodidad y la riqueza que los rodeaban no eran suficientes para una existencia
plena.
Recordaba haber soñado el
rostro de una persona que dibujaba un raro gesto: levantaba los extremos de sus
labios produciendo una comisura, una pequeña hendidura cercana a los
extremos. El placer que le produjo ver
tal imagen, desconocida para ella y para los habitantes de su principado, la
habían tentado a imitarla. Procuraba
copiar lo que había visto, percibiendo que cuando lo lograra, habría alcanzado la llave
del cambio que quería impulsar.
Luego de fracasar en sus
intentos recordó que, siendo niña, vio el gesto en uno de los habitantes de un pueblo vecino que
venía a canjear sus productos. Se
dirigió entonces al mercado y comenzó a hurgar en el rostro de todos los visitantes. Miró y volvió a mirar sin éxito. Decidió, entonces, llegarse hasta Zota, un
pueblo vecino donde vivía Braulia, una brujita con mucha fama por los
alrededores.
Preparó su sequito, eligió
los mejores frutos de sus propios árboles y los cortó para ofrendárselos a La
Doña, como le decían por sus lares…
Cuando Gema le relató a la
Brujita lo que estaba buscando ella le respondió con el mejor de los gestos, uno
de esos que estaba procurando, le dijo que le decían sonrisa y que había algo
superior que se llamaba risa. En vano Gema
intentó imitarla. Fue entonces cuando
Braulia le enseñó una técnica infalible: Posó sus dedos sobre los costados de
su cuello y comenzó a rascar suavemente sobre la superficie, hizo lo mismo con
los laterales de su estomago y la Princesa estalló en la mejor de las
carcajadas.
Esta técnica mágica
aplicada en los habitantes de Tesoro provocó el cambio que Gema buscaba. Y no
solo eso, misteriosamente y, vaya uno a saber porque o por quien… Los árboles
dejaron de producir piedras preciosas para dar los mejores y más naturales
frutos.
Podrá parecer extraño,
pero los habitantes de Tesoro, atrapados por el placer de la risa que les
provocaba las cosquillas que se hacían en sus momentos de descanso no añoraron
el cambio…
Peregrino
Para todos aquellos que guarden gratos recuerdos de las cosquillas provocadas por seres queridos y para que se convierta en disparador de cosquilleros...
ResponderEliminarMuy bueno!!! Felicitaciones.
ResponderEliminar¡Gracias Leo!!!
EliminarTus cuentas me dejan como cuando era niña
ResponderEliminargracias por compartirlos
Gracias a vos por pasar y por tu comentario, creo que siempre es bueno volver de alguna u otra manera, me alegra que en esta oportunidad el disparador haya sido mi relato. Abrazo
ResponderEliminarLa magia de la risa que no solo cura el alma, también enfermedades del cuerpo.Todos deberíamos volver un poquito a practicar la risa. Muy buen mensaje y muuy tierno el cuento
ResponderEliminarLa magia de la risa, la realización a través del esfuerzo propio... ¡Gracias "Anónima..."!!
EliminarQué lindo cuento escribiste y me encantó leerlo en este día! No quiero caer en eso de que "tiempo pasado fue mejor" pero creo que nuestra infancia estuvo plagada de cosquillas y sonrisas, producto de juegos simples y amor familiar. Nada vale la pena, excepto una buena sonrisa en un chico. Me encantó, profe!!! Abrazo y besos para toda la escudería!!! Y para Valen... Besazosssss!!!
ResponderEliminar¡Gracias Bee!!!! Coincido contigo y creo que, por ser más simple, nuestra infancia fue mejor. Gracias por los saludos, le llevo el beso a Valen y¿sabes que le regalamos? un títere para su teatro y yo le fabrique un aro para hacer burbujas y me entretuve jugando con él...Abrazo
ResponderEliminarque hermoso cuento!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarabrazos Peregrino!!!!!!!!!
¡Gracias Diana!!!! Abrazo!!!!!
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