Cuentos de Peregrino

Un lugar de encuentro con los sueños y las fantasías...

martes, 24 de septiembre de 2013

Volando



   Sofía y Gala habían sido seleccionadas porque daban con el perfil requerido por la empresa. Estatura mediana, cabello castaño claro, ojos almendrados, tez blanca, voz dulce y afable; domino de idioma, solteras y obviamente: no vivir a una distancia mayor a 20 kilómetros  del aeropuerto.
Se habían conocido ocasionalmente, al compartir esperas.  Ninguna de ellas sospechaba que tenían un vínculo en común.  De haberlo sabido, la relación hubiera sido muy distinta.   Esa coincidencia se llamaba Ariel, más precisamente, el comandante Ariel Lucas.  Un profesional, egresado de la escuela de aviación con las mejores calificaciones.  Un galán: estatura mediana, delgado, cabello entrecano, ojos azules, voz pausada y profunda.  No había conocido auxiliar que no se hubiera impactado con su imagen.
   Después de cinco años de trabajo, la aventura y el apasionamiento del comienzo  habían desaparecido; ahora todo era rutina,  hasta la preocupación y el temor por el estado y mantenimiento de los equipos.  “Son una bomba de tiempo...” había comentado íntimamente Sofía, 
Lo que sí se había modificado sustancialmente, eran sus vidas:  Sofía convivía con Ariel.  Llevaban una vida distendida y alegre.  No tenía parientes, solo un tío lejano viviendo por las costas de Málaga.  
Gala, en cambio, no había podido cortar el cordón y, silenciosamente, soportaba las angustias de su madre y las (cada vez más frecuentes) borracheras del padre.  Había intentado independizarse varias veces y otras tantas, su madre había caído en profundas depresiones; o el padre había reaccionado descargando la ira con su mujer.  A pesar  que la  presencia de Gala era esporádica por el trabajo; la demanda y el vínculo de única hija con los padres no le permitían contar con los breves momentos de independencia que merecía.
   Se propuso una y mil veces romper este círculo vicioso y otras tantas, sucumbió al reclamo de los padres. 
   Estaba una vez más esperando la salida del vuelo.  Por lo menos podría compartir algunos momentos con su amor imposible.  En ese momento, Sofía la sorprendió:
-          Hola, Gala.
-          ¿Qué tal muchacha? ,¿qué es de tu vida?
-          Tengo que pedirte un favor.
-          Dale, si puedo...
-          Mirá, hoy cumplimos aniversario con Ariel y además, tengo una sorpresa  para él: estoy embarazada.  Quiero darle la noticia en vuelo, anunciándola por comunicador.  Te cambio el viaje, yo tengo que salir en seis horas a Mendoza.
-          ......Pero Sofía ¡tenemos que avisar en operaciones.... ¡ .
-          ¿Quién se va a enterar? Ariel es el comandante........ . Dale Gala haceme el favor...
   No podía decirle que no.  Era una barbaridad.  Pero la ocurrencia era genial.  Además, íntimamente; muy íntimamente, Gala envidiaba poderosamente a Sofía y facilitarle esto era como vivir su propia ilusión.
-          Bueno, dale.  Pero cámbiate esas medias que están corridas.
-          No tengo otro par, prestame las tuyas; ¡dale que en cinco minutos abordamos!
Y así comenzó una nueva historia.....:
    Dicen que el viejo DC9 32 se metió en una tormenta muy fuerte.  Dicen, también, que el Pitot que lee la velocidad se “engeló” (congeló).
 A nueve mil metros de altura no es posible conocer la rapidez de desplazamiento, si no es a través del tablero.  Cuando la tormenta de viento y granizo congeló el pitot, no hubo indicador que permitiera conocer la misma.  La lectura en el tablero indicaba pérdida de velocidad..... .  Ariel pedía más empuje (potencia), al copiloto.  El avión aumentaba la rapidez, mientras que el comandante suponía que la perdía cada vez más.  Entonces, el error fatal: 
“- Dame flaps “.... .
“- Nos caemos......, la p....que lo pa.... .”
   El intento de aumento de sustentación por medio de los flaps sólo puede realizarse a velocidad muy reducida.  En esta ocasión, había provocado una resistencia enorme que terminó desarmando las alas y precipitando la caída del avión a toda velocidad.  No hubo sobrevivientes.  El impacto produjo un tremendo pozo en el suelo de Fray Bentos.  Seguramente, antes de este momento fatal, Ariel ya estaba disfrutando de la noticia y Sofía más profundamente de su embarazo.
   Mientras tanto Gala, que no había vuelto a casa, caminaba la costanera; se enteró de la noticia por una de las radios de los puestos de la zona.  Al principio enloqueció y estuvo impulsada a echarse a correr.  De pronto una loca idea la asaltó: autosecuestrarse, denunciar la perdida o robo de los documentos -los de Sofía Martínez-.  O es que alguien podría suponer que Gala Giménez no era la auxiliar de a bordo..... .

                                                                                     Peregrino



9 comentarios:

  1. Relato re editado para establecer el link con el programa radial de Paracuentos del día de la fecha

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  2. Me gustó mucho, tiene vuelo (perdón), se ve muy profesional.
    Me gustan los relatos que requieren de un conocimiento técnico, posiblemente sea porque me encanta el realismo.
    Un fuerte abrazo.
    HD

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    Respuestas
    1. Gracias Humberto, sí está basado en un hecho real y tiene información técnica referente al mismo. El resto es puro "vuelo" tal como decís. Abrazo

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  3. un texto fuerte!!!!!!!!!!!!!
    genial Peregrino!
    un abrazo

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  4. Gracias Diana, fue uno de mis primeros. Lo retomé por la lectura en la radio. Abrazo!!!!!

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  5. El destino y sus jugadas maquiavélicas.



    Un abrazo

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  6. Tal cual Flor, gracias por pasar. Abrazo

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  7. amo el juego de palabras que lográs cuando escribis tus textos

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  8. Yo amo este tipo de elogios. Gracias MuCha continuaré intentándolo. Abrazo

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