Cuentos de Peregrino

Un lugar de encuentro con los sueños y las fantasías...

jueves, 13 de junio de 2013

Leyendas




Había escuchado comentarios de mujeres de tribus vecinas acerca de la llegada de un nuevo hombre, distinto.  Millarray no se había interesado en esa novedad, continuaba viviendo  en aquel espacio donde había ido a transitar el camino a la fertilidad, su lugar en el mundo. Se mimetizaba allí  con esa naturaleza virgen que tanto amaba.
Comenzaba a anochecer, se resistía a salir en busca de la leña  que precisaba. La reserva había disminuido peligrosamente y se anunciaban días muy fríos. No sabía por qué, pero hoy más que nunca, percibía que El Trauco podría rondar por los alrededores.  Muy a su pesar y, temerosa de lo que pudiera sucederle, se dirigió camino al lago en busca de  restos de árboles secos que el agua arrimaba a la orilla.  No podía evitar que su mirada se perdiera detrás de las lengas y los ñires en busca de esa imagen que, en realidad, no quería encontrar.
Las creencias de los suyos indicaban que este hombrecillo buscaba a las mujeres jóvenes y las atraía hacía él.  Tenía los pies al revés, por ello, parecía alejarse cuando en realidad se acercaba a sus víctimas.
Por un sendero cercano Pascasio  realizaba una última caminata antes de irse a dormir.  Estaba profundamente cansado y con su salud quebrada.  Mortificado, además por la falta de entrega de raciones alimentarias que el gobierno había acordado con el Cacique Sayhueque para mantener la paz.
Un Pangui (león americano) hizo desviar la trayectoria de Milllarray.  Caminaba ahora por un lugar desconocido, más atemorizada que nunca y procurando aprovechar los últimos destellos de un sol que había comenzado a  despedirse.
Apuró el andar, a pocos metros escuchó un crujido, levantó la vista y quedó paralizada: Allí estaba, tenía rasgos humanos pero vestía ropaje desconocido, además tenía pelo en la cara y ¡dos elementos transparentes sobre sus ojos…!!! Se agachó y permaneció inmóvil por horas, por suerte él no la había visto…
Francisco Pascasio  finalizó su caminata y volvió al campamento.  Al día siguiente iniciaría el largo camino de regreso a Buenos Aires y a sus trabajos en Antropología y Geografía, entre otros.  Jamás se podría haber imaginado siquiera por un momento, haber sido leyenda antes de la leyenda…


                                                                   Peregrino


6 comentarios:

  1. que hermoso texto!!!! siempre me pareció hasta "romántico" el encuentro de las culturas, por supuesto todo se desvirtúa en cuanto se muestra el poderío de la raza armada, pero ese encuentro, esos ojos descubriendo... seguramente habrá sido un momento mágico.

    ABRAZOS MI QUERIDO PEREGRINO

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    1. Diana: Te cuento que en algún momento pensé que podía llegar a ser un relato polémico porque algunos autores sostienen que el Perito le proporcionó información a Roca para su campaña... Yo lo dudo, creo que fue un investigador de avanzada que con tan solo 23 años se internó por territorios totalmente inhóspitos y no nos olvidemos de "la divisoria de aguas" que nos permitió conservar gran parte de nuestro territorio... Por eso mi pequeño homenaje a mi pequeño gran Procer. Gracias y abrazo

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  2. Me encantó!!! Este relato no solamente es un estupendo tributo si no que además y coincido con Diana, tiene un perfume a sensualidad que por no llegar a encontrarse, tiene mayor fuerza! Bello cuento! Abrazo grande, Osval!

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    1. ¡Gracias Bee!!! No había reparado en el detalle que descubrió el lado femenino... Esto sería algo así como "El cuento más allá del cuento..." Da para otro enfoque en la radio ¿no...? Abrazo

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  3. Como las chicas opino
    sensual lindo y intenso tu texto

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  4. querido gracias por tus bellos comentarios
    Un abrazo

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