Cuentos de Peregrino

Un lugar de encuentro con los sueños y las fantasías...

domingo, 8 de febrero de 2015

Tatuajes




Reconocido y admirado por la fidelidad de sus trabajos, comenzó a alarmarse cuando se enteró que el marinero al que le había tatuado la soga en el cuello murió ahorcado… Poco tiempo después falleció, picado por un alacrán, otro cliente al que le había realizado la imagen… 
No esperó el tercer caso, inmediatamente modificó el suyo y la daga sobre su brazo se transformó en un inofensivo faro marino…
Temeroso, redujo la calidad de sus imágenes y comenzó a perder clientes. En tanto, el faro se desdibujaba y volvía a aparecer, cada vez con más fuerza, la imagen de una daga poderosa; amenazante…  
Una y otra vez tomaba sus instrumentos y volvía a trabajar la figura  hasta lastimarse.  Muy a su pesar, la imagen original volvía a la superficie cada vez con más fuerza.   Tomó, entonces, la decisión fatal, iría a fondo;  levantaría toda la piel hasta que no quedaran rastros de la maldita tinta…
Sumergido en un profundo sopor y, rodeado de un charco escarlata, admira el logro. Su brazo estaba  libre, la filosa daga ya no aparecía sobre su piel;  ahora estaba  en sus manos cubierta de una tinta,  con un extraño tinte rojizo…


                                                                                               Peregrino

3 comentarios:

  1. Muy inquietante, Osvaldo, y con la precisión justa.
    Un abrazo.
    Sete.

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    1. Gracias, me encantó eso de "inquietante" ¿no tendrás tatuajes,digo,no...? Besos

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  2. Muy inquietante, Osvaldo, y con la precisión justa.
    Un abrazo.
    Sete.

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